Cabildo Abierto por la soberanía | Conclusiones

por | Oct 2, 2025 | Gremiales, Política Energética

El Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate comparte las definiciones del 2º Cabildo Abierto llevado adelante por la CTA Autónoma y CTA de los Trabajadores, en la Ciudad de Zárate, el viernes 26 de Septiembre.

Nuestra Organización Sindical considera como concepto base que las centrales nucleares argentinas representan un activo estratégico del país, no solo por su capacidad de generación energética, la cual produce un superávit que fortalece nuestra matriz energética, sino por el desarrollo tecnológico, científico y humano que implican.

Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) no es simplemente una empresa operadora: es una entidad con capacidad de diseño, construcción, operación y mantenimiento de centrales nucleares, que posee el know-how técnico e intelectual de cada componente del proceso.

Esta capacidad, construida durante décadas, posiciona a la Argentina como uno de los pocos países del hemisferio sur con un dominio completo del ciclo nuclear con fines pacíficos, logrando un grado de soberanía tecnológica y energética sin precedentes en la región.

Este modelo público y soberano no solo asegura energía limpia, continua y de base, sino que también genera una sinergia clave con el sistema científico nacional: INVAP, CNEA, CONICET, universidades públicas y proveedores tecnológicos forman un ecosistema que potencia la innovación local y sostiene miles de empleos calificados.

La capacidad de NA-SA de liderar proyectos como la extensión de vida útil de Embalse, y la extensión de vida en desarrollo de Atucha I, demuestra que el Estado argentino puede liderar obras de alta complejidad, sin depender de consultoras extranjeras ni de modelos privatistas que históricamente han demostrado ser más costosos y menos eficientes.

Además, todo el ciclo del uranio natural, desde su extracción hasta su conversión en energía eléctrica, se encuentra completamente bajo control nacional, a través de empresas como Dioxitek, CONUAR y ENSI.

Esta cadena de valor integrada, pública y nacional, no solo garantiza autonomía en materia de recursos estratégicos, sino también la trazabilidad y seguridad del proceso, lo cual es esencial en una industria tan sensible como la nuclear.

Privatizar este sistema implicaría ceder décadas de inversión pública, transferencia de conocimiento, desarrollo de capacidades humanas y tecnológicas, y entregarlas a intereses privados que —por definición— priorizan la rentabilidad por sobre el interés público.

Esto pone en riesgo no solo la continuidad y la calidad del servicio, sino también la seguridad operativa de las plantas y de la población, al reducir costos en áreas críticas como mantenimiento, formación de personal y control regulatorio.

No debemos olvidar que detrás de cada central hay personas altamente capacitadas: científicos, tecnólogos, ingenieros, técnicos y operarios que han dedicado su vida a este modelo. Estos trabajadores no son fácilmente reemplazables, y su formación llevó años de políticas públicas, inversión educativa y compromiso profesional.

La precarización, externalización o pérdida de estos puestos sería un golpe profundo a la estructura de ciencia, tecnología y empleo calificado del país, en un contexto global donde el capital humano es uno de los bienes más estratégicos.

En este marco, preocupa profundamente que el actual presidente de NA-SA, Demian Reidel —ex asesor del presidente Javier Milei— haya arribado al cargo con la premisa de eliminar 1.500 puestos de trabajo, una decisión que no solo amenaza la estabilidad laboral de quienes sostienen con su conocimiento el funcionamiento seguro de las centrales, sino que también pone en riesgo la continuidad del modelo nuclear argentino en su conjunto.

Por último, pero no menos importante, la energía es un derecho humano esencial y no puede quedar a merced de las reglas del mercado ni de decisiones empresariales que busquen maximizar ganancias en detrimento del acceso universal.

La gestión estatal garantiza un enfoque equitativo, sustentable y planificado de la energía, permitiendo llegar a todos los rincones del país con calidad, seguridad y precios razonables.

Privatizar las centrales nucleares sería entregar una herramienta clave para el desarrollo nacional, la soberanía energética y el futuro científico y tecnológico del país.

Como organización sindical, no solo defendemos los puestos de trabajo que esto representa, sino también un modelo de país donde la ciencia, la industria y la energía estén al servicio de las mayorías y del desarrollo independiente de la Nación.

Por lo tanto, declaramos lo siguiente:

Decidimos rechazar en todos sus términos el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 695/2025, que autoriza la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A., por vulnerar el interés público, la soberanía energética, el desarrollo científico-tecnológico nacional y el control estatal de una industria estratégica.

Queremos expresar nuestra  profunda preocupación por el esquema de apertura al capital privado que, junto con las modificaciones de la Ley 24.065 introducidas por el Decreto 450/2025, permite la transferencia de renta desde los usuarios hacia inversores privados, con riesgo de incrementos tarifarios sin mejoras en el servicio.

Vamos a solicitar  al Honorable Senado de la Nación y a la Honorable Cámara de Diputados el tratamiento urgente del Proyecto de Ley S-1624/2025, que declara al sistema nuclear argentino como bien estratégico, inalienable e inembargable, prohíbe su privatización y deroga el artículo 8 de la Ley 27.742, a fin de garantizar la preservación integral del sistema nuclear bajo control del Estado Nacional.

NO A LA PRIVATIZACIÓN DE NA-SA

Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate

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